La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


viernes, 13 de mayo de 2011

Uno de esos días...


Esa sensación de estar loca. De creer que vas en contra del mundo, pero que te da igual… Ese querer y no poder, saber que no está en tus manos, pero aún así, te empecinas y sigues luchando. El querer demostrar que eres fuerte, que estás bien, aunque por dentro estás peor que la típica figurita de porcelana de tu abuela, esa que tanto adoraba, y que un día, mientras jugabas le rompiste en mil pedacitos.
El decir “hoy nada va a poder conmigo” y ver como a los dos segundos te has hundido. El típico consejo de “no pierdas la esperanza”, “ten fe”, “todo irá bien”… que todos algunas vez hemos dado, pero que cuando recibimos agradecemos con la típica cara de… ¡Si ya! ¬¬ ¿pretendes que me lo crea? =)
Esa sensación de ver cómo “desde fuera” todo se ve más fácil, sí, ¡Exacto! Esa justo esa es la sensación.
Hoy, creo que me he dado cuenta de que los científicos probaron muchas cosas, y afirmaron muchas otras, pero creo que se les olvidó lo de… “Hay días que es mejor no levantarse de la cama” Sí, porque te acuestas con casi toda la ilusión del mundo, y sin embargo, amaneces como si te la hubieran arrancado, robado, durante tus sueños.
Cuando te preguntan ¿qué tal estás? Y tú respondes con toda la convicción del mundo, ¡Muy bien! Pero sabes que en el fondo te gustaría decir mal, pedir un abrazo fuerte, de esos que te hacen perder la respiración unos segundos, deseas un rato en el que te demuestren que puede pararse el tiempo, que nada importa, un momento en que te digan de verdad, de corazón, que todo irá bien, pero que te lo demuestren…. ¿Conoces esa sensación?
Pues yo sí, hoy es uno de esos días, en los que me gustaría ser yo la que “desde fuera” diga que todo va a ir bien, que no pierda la esperanza, pero resulta que hoy estoy dentro, y soy la pesimista que hundida, siente que aunque grite, nadie la oirá.


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