La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


jueves, 20 de octubre de 2011

miércoles, 19 de octubre de 2011

Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.

A veces me pregunto: ¿por qué te callas si sabes que tienes la razón? y nunca hallo la respuesta correcta, o por lo menos una convincente... siempre me quedo con esa espina de que todo lo que podía haber dicho, no lo dije. Incluso a veces, me voy con la sensación de que todo quedó igual después de hablar, que ambos seguimos pensando lo mismo y que, cada uno dentro de su orgullo, tiene la razón. Alguno de los dos está siendo demasiado cobarde para admitir que se equivoca. Pero nunca queda del todo claro quién...
Dicen que no vale la pena luchar por alguien, si esa persona no valora tu sacrificio, pero aun así, aunque la mente diga, ¡basta! el corazón te susurra... "un intento más" y al final, acabas cediendo.
El problema es que a veces es necesario olvidar lo que sientes y recordar lo que mereces.
Una de las partes más difíciles de la vida es decidir si alejarte o intentarlo un poco más.



martes, 11 de octubre de 2011

Nunca dije que fuera fácil

Elegiste el camino fácil, el más rápido. Pero a veces el camino correcto no es el mismo por el que todo sale bien. No obstante, cuando lo eliges sabes que es el adecuado.
Ahora respeto tu cobardía, pero yo también puedo decidir, algún día, tomar el camino fácil. No el correcto.
Y no habían motivos de compromiso con el olvido. No los habían.