La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


domingo, 27 de noviembre de 2011

Atentamente: Yo misma, una soñadora.

Escribiéndole a los Reyes Magos, acabo de darme cuenta, o quizás ya lo supiera pero no quería asumirlo, que lo único que de verdad deseo para estas Navidades no se adquiere en tiendas.
Sí, resulta que a veces, cuando has perdido las fuerzas; la ilusión, mejor dicho la esperanza de creer que es posible, es lo único que te mantiene con algo de fe.
Hace cosa de un año, perdí a alguien y todavía hoy, no le he vuelto a encontrar. Sí, le perdí... se extravió dentro de sí. Quizás pueda verle, pero por momentos no le siento, ha decidido esconderse, refugiarse en mentiras, excusas y cobijarse en compañías que prefiero no catalogar.
A medida que crecemos, nos vamos dando cuenta de las innumerables promesas que hacemos y no cumplimos... es entonces, cuando para redimir culpas comienza todo a tomar un halo materialista, que poco tiene que envidiarle al tan cotidiano "hacer la pelota"
Eso es lo que hoy está sucediendo, con pequeñas migajas pretende alimentar esto que algún día fue una relación y que poco a poco va perdiendo sutilmente todo significado, y es que como dice la canción... "cualquier tiempo pasado nos parece mejor"
De la misma forma que comprar no una casa no es sinónimo de tener un hogar, regalar una alianza no lo es de compromiso. Y es que, resulta, que por paradójico que pueda sonar, a veces nuestros acciones contradicen a nuestros actos. Me explico, no tiene sentido que ahora le des un beso a esa persona tan especial, y media hora más tarde, con los demás delante, olvides como era mirarle a los ojos, de esa forma que un día tú mismo le enseñaste. Resulta ilógico que preguntes ¿tú me quieres? con cara de niño desamparado, buscando escuchar eso, que sabes de sobra en tu interior, que has fastidiado, únicamente para sentirte mejor... No puedes darle la mano cuando llora y dejar que se hunda a solas con eso que "se supone" pertenece a los dos.
No tiene sentido que te sientas herido por unos gritos, ese día que la desesperación le llevó a perder los nervios; que le hagas sentir culpable, hasta que la culpa le haga pedirte perdón a tí y a los que contigo se hacen los heridos, si luego hieres y el orgullo no te deja pedir perdón y recurres a mentir para escabullirte. No puedes decir que no tiene sentido eso que te dice de... "siento que no quieres pasar tiempo conmigo" cuando después de no verle en una semana, te bastan 2 ó 3 horas para saciar tu sed y luego marcharte de fiesta con las personas con las que has compartido toda la semana..
Y es que poco a poco, después de tantos años, lentamente, todo va perdiendo el sentido que algún día, decidimos darle a "esto", por ello:
Queridos Reyes Magos: Mi único deseo para estas Navidades es que me devuelvas a esa persona que hace poco más de un año perdí y todavía hoy no he vuelto a encontrar.
Pd: En caso de no ser posible, en su lugar te pido fuerzas para abandonar este recuerdo del que hoy vivo.
Atentamente: Yo misma... una soñadora.