La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


miércoles, 8 de junio de 2011

Reloj.

Con el paso de los minutos, vas sumando horas, que llegan a ser días, y cuando éstos se unen, dan paso a las semanas, que muchas forman los meses y 12 hacen un año, que tras algo de tiempo son varios años… En definitiva, con el paso del tiempo, en toda su generalidad, te vas dando cuenta, poco a poco, muy lentamente de varias cosas.
Las promesas se rompen.
Las palabras se las lleva el viento.
Los sueños… ¡sueños son.
Eso de… “vivieron felices y comieron perdices” está sólo reservado para el cierre de los cuentos.
Los príncipes azules no existen.
 Los que dicen “no hay nada imposible” mienten.
     La felicidad eterna es un mito.
 El amor duele.
La persona perfecta, esa, todavía no ha nacido.
Olvídate de que al final del arcoíris hay un tesoro.
El primer amor, sí se olvida.
Que nada es para siempre.
Madurar, es darse cuenta de que las cosas no son cómo quisieras, todo es más complejo.
Todo lo que se ignora se desprecia.
Y así sucesivamente, un largo etcétera, pero a la misma vez y por extraño que parezca, Con el paso de los minutos, vas sumando horas, que llegan a ser días, y cuando éstos se unen, dan paso a las semanas, que muchas forman los meses y 12 hacen un año, que tras algo de tiempo son varios años… En definitiva, con el paso del tiempo, en toda su generalidad, te vas dando cuenta, poco a poco, muy lentamente de que también:
 En los más mínimos detalles están los momentos más grandes.
Que soñar es gratis, pero lo bonito es despertar.
Que a veces, no basta toda una vida para olvidar un solo instante.
Que sonreír es una forma económica de mejorar tu aspecto.
Nada es lo suficientemente importante.
 Siempre hay una solución.
Todas las lágrimas no son amargas.
Que más vale un silencio que una palabra vacía.
Hay cosas tan importantes, que han de descubrirse por sí solas.
 Que porque alguien no te quiera como tú quisieras, no significa que no te quiera con todo lo que tenga.
No hacen falta alas para poder volar.
Hay que ser cómplice en ciertos momentos y delator cuando sea necesario.
Sin lo amargo, lo dulce no sería tan dulce.
El sentido del humor está basado en saber reírse de las propias desgracias.
Que lo difícil, ¡se consigue! y ¿lo imposible? ¡Se intenta!
Bla, bla, bla… ¿sabes qué es lo mejor? Que no hace falta que te lo diga, seguro que ya te irás dando cuenta sólo tienes que… el paso de los minutos, sumen horas, que llegarán a ser días, y cuando éstos se unan, darán paso a las semanas, que muchas formarán los meses y 12 harán un año, que tras algo de tiempo serán varios años… En definitiva, con el paso del tiempo, en toda su generalidad, te irás dando cuenta, poco a poco, muy lentamente de que…
¡Hay que vivir para saber y saber para vivir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario