Y, sin embargo, muchas otras en el medio, el equilibrio. La equidad. Ese segundo de equilibrio a nada comparable, el momento justo, el instante exacto donde parece perfecto. Ni sobra, ni falta nada.
¡Cuánto cuesta llegar hasta ahí! y lo poco que dura, es un instante efímero.
Pero siempre quedará el consuelo de que el giro es constante, que la noria no se detiene, siempre está en marcha y en cada altibajo se aprende algo, en cada segundo del camino hay una enseñanza, algo con lo que enriquecer tu experiencia...
Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario