La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


miércoles, 14 de marzo de 2012

Podría

Podría decirte que soy buena amiga, pero no todos los que alguna vez llamé amigos siguen a mi lado.
Podría  decirte que soy simpática, pero habrá quien no comparta mi opinión.
Podría decirte que soy una payasa incurable que siempre sonríe, pero alguna que otra vez también he llorado.
Podría decirte que soy cariñosa, pero a veces soy una despegada. ¡Arisca!
Podría decirte que soy de pensar con la cabeza, pero hay ocasiones en las que el corazón me juega malas pasadas.
Podría decirte que soy madura, pero tengo una niña por dentro que no tengo intenciones de perder.
Podría decirte que soy una loca, pero se comportarme en cada momento.
Podría decirte que me encanta la playa, pero me divierto mucho en esos días de mucho frío en el campo.
Podría decirte que odio que vean como me siento, pero soy muy impulsiva y los sentimientos me delatan.
Podría decirte que soy una mujer independiente, pero me encanta que me den mimos y darlos.
Podría decirte que no soy rencorosa, pero perdono y NO olvido.
Podría decirte que odio las mentiras, pero soy tan ingenua que me las creo una y otra y otra vez.
Podría decirte tantas cosas... pero me gusta mantener la intriga.

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