La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


jueves, 25 de agosto de 2011

Esencia de mujer.

Sonríen cuando quieren gritar, cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas. Luchan por lo que quieren.
No aceptan un "no" por respuesta, cuando saben que hay una mejor solución.


Toda mujer debe tener:
Un viejo amor al que regresar en sueños y otro que le permita darse cuenta de lo lejos que ha llegado.
El valor necesario para alejarse cuando no la aman.
Una juventud que dejar atrás con gusto.
Un pasado rico en experiencias, como para ser contado al llegar a una avanzada edad.
Un equipo completo de destornilladores y taladro y al menos, un picardías negro de encaje.
La amistad de alguien que le haga reír y de alguien que le permita llorar.
Toda mujer debería saber:
Cómo enamorarse sin dejar de ser ella misma.
Cómo terminar con un novio que no la merece y cómo afrontar a un amigo sin perder una amistad.
Cómo intentarlo todo y cuando alejarse.
Cómo pasárselo de maravilla en una fiesta a la que no deseaba asistir.
Cómo pedir algo que realmente desea, de una forma casi segura de conseguir.
Toda mujer no debería olvidar:
Que no puede modificar el ancho de sus muslos, sus caderas, o la forma de ser de sus padres.
Que su niñez pudo no ser perfecta, pero ya terminó.
Lo que podría o no, lo que debería o no, hacer por amor.
Que puede vivir sola, aun cuando le desagrade.
En quién confiar y e quién no.
A dónde ir a sentarse con su amiga, cuando su alma necesite consuelo.
Lo que es capaz de lograr en un día, un mes, un año...






Pobres las mujeres.

Pobres las mujeres que no se parecen a los hombres, las que lloran y cantan.
Pobres las mujeres que no han olvidado el amor que demuestran sus sentimientos y adivinan los nuestros.
Pobres las mujeres que esconden en sus ojos lo único que realmente, siempre importó.
Las que tanto sufrirán, abrumadas por sus sentimientos, las que tanto vivirán, valientes como su corazón.
Pobres las mujeres que siempre saben lo que quieren, que buscan sin parar y se atreven a cambiar, lo que sólo ellas pueden lograr.



1 comentario:

  1. Te he dejado un premio en mi blog:
    http://lashilanderas-ana.blogspot.com/
    Espero que te guste y ENHORABUENA por tu blog!
    Un besito! :)

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