La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


lunes, 25 de julio de 2011

Una y mil veces...

De pronto... ¡se paró el mundo, se detuvo el reloj! Sólo éramos tú y yo. Todo dejó de importar.
No podía oír nada más que no fuera tu respiración, ni sentir nada más que no fuera tu piel.
Las revoltosas caricias hacían que cada milímetro de mi ser se estremeciera poco a poco, los besos eran cada vez más intensos y los susurros al oído provocaban sonrisitas estúpidas en mi cara...
Era ir del fuego a las cenizas y viceversa, como perdernos poco a poco el uno en el otro y muy lentamente fundirnos en uno. 
Pronto desaparecieron la noción del tiempo y del espacio, nos brindamos tanto que el mundo dejó de existir durante un rato. 
Olvidarse de todo, menos de ese momento.

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