La leyenda:

Atlas tuvo tres hijas, las Hespérides: Egle, Eritia y Aretusa. Las tres vivían en la tierra más occidental del mundo, unas islas maravillosas en el Océano Atlántico, un paraíso terrenal donde el clima era benigno y donde los árboles daban manzanas de oro.
La diosa Gea había hecho brotar esas manzanas como regalo de bodas para Zeus y Hera.
Las Hespérides cultivaban el Jardín y éste era custodiado por Ladon, un fiero dragón que arrojaba fuego por sus cien cabezas.
Hércules, el héroe más grande de la antigüedad, recibió la misión de realizar doce tareas, consideradas muy difíciles y conocidas como "Los doce trabajos de Hércules". El undécimo trabajo de éste consitió en robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Las manzanas fueron entregadas a la diosa Atenea, quien las devolvió al jardín y sus jardineras, las Hespérides.
En cuanto a Ladon, el dragón guardián muerto por Atlas, sigue vivo en us hijos los árboles llamados dragos. Según la leyenda la sangre, que manaba de las herdias mortales del dragón, cayó sobre el jardín y de cada gota creció un drago.

Bienvenidos/as

El Jardín de las Hespérides es un lugar donde pretendo expresar y compartir todo lo que siento. El sitio donde desahogarme.
Un escondite a la luz.
¡Deseo que os guste!


jueves, 28 de abril de 2011

Correr y correr hasta caer

Piensas y corres, corres sin rumbo buscando una sola razón convincente que te obligue a pararte... queremos volar antes de tiempo, correr cuando no debemos y experimentar sin control. Pero necesitamos la madurez necesaria para poder salir al circo que hay fuera, y al menos intentar saltar obstáculos, sin derremar ni una sola lágrima.
A veces sentimos que llegamos al cielo y lo podemos rozar con la yema de nuestros dedos, pero hay que tener cuidado si no quieres romperte todos los huesos de tu cuerpo, al caer de boca contra el asfalto desde muchos metros de altura.
No todo acaba como empieza, podemos sentirnos mejor que nunca, pero ya habrá algo que te quite la ilusión y otras muchas que te la devuelvan de golpe.
Salir de fiesta y sentir como poco a poco se te sube la adrenalina y explotar de emoción, como cual loca que escapa de un manicomio.
Una sonrisa de oreja a oreja a veces es la medicina perfecta para sentirte mejor, pero otras veces es el mayor gesto de hipocresía contigo misma.
Gritar en lo alto de una montaña, saltar al vacio y no pensar en nada, dejar tu mente en blanco donde solo tu subconsciente hable de tí y te diga quién eres realmente.
Cuando tienes la tentación de algo, que alguien te coge de la mano y te dice que no lo hagas, que no mereces sufrir, pero es necesario hacerlo... la mejor enseñanza es la que se obtiene de los errores y algunas veces, tropezaremos con la misma piedra hasta que nuestros autorreflejos nos lo impidan.
Al final de tu día saber tantas cosa, que podrias escribir un libro con todo lo que has aprendido de los errores y momentos difíciles, pero sin embargo sentirte orgulloso de aquello, disfrutar de la vida y soñar cuando sea necesario, porque no te gusta tu realidad.
Dejarte caer sobre la cama y esperar,para ver que sorpresa te traerá el futuro con la certeza de que lo puedas afrontar.

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